Para emprender un negocio no es suficiente la intuición o la espontaneidad. Para ello se requiere una información clave que se obtiene haciéndose preguntas clave como: ¿Cuál necesidad se satisface? Para tener claro la naturaleza del producto; o también ¿Cómo producir? Para atender al proceso productivo.
Hay que conocer: ¿Cuándo producir? Para referirse al espacio temporal en que el producto debe estar al alcance del consumidor y ¿Dónde producir? Para referirse a la ubicación de la actividad a emprender.
Información requerida por el emprendedor
Además de estas preguntas básicas, que son el génesis que da origen al negocio, pasamos a otro nivel de la información que requiere el emprendedor y que está vinculada a los resultados estimados de la gestión del negocio, para ello se requiere la información del mercado potencial para el producto.
Partiendo del tamaño del mercado, se debe tener claro cuál es el crecimiento del segmento que se aspira a atender y el precio del producto, de esta manera, al estimar las unidades a vender, multiplicadas por el precio, da una idea de los ingresos del emprendimiento: fundamental para la proyección del flujo de caja neto.
Se debe atender lo correspondiente a la distribución del producto, concretamente a la decisión de hacerlo de forma directa o mediante agentes autorizados. Por último, la estrategia de promoción, es decir, la mezcla de medios que se utilizará para dar a conocer el mensaje.
Hasta aquí se han esbozado los aspectos fundamentales de una estrategia de marketing y que tienen un costo los cuales deben sumarse al costo de administración, que restados a los ingresos dan una idea de la cantidad de dinero disponible.
Esto proyectado conforma el flujo de caja neto, al cual se le debe descontar el costo de capital para determinar la viabilidad financiera del proyecto